A ver cuándo sujeta la cabeza.
A ver cuándo se sienta solo.
A ver cuándo camina.
A ver cuándo empieza a hablar.
A ver cuándo deja de tener rabietas.
A ver cuándo…
Y con tantos “a ver cuándo” se te pasa el ahora. Dejas de disfrutar
de lo que hace ahora tu hijo/a y sólo puedes pensar en lo que va a hacer dentro
de un mes, de un año, de quince, etc. Viajar de vez en cuando al futuro no está
mal pero mudarse a vivir allí es peligroso.
Porque puedes empezar a solucionar problemas antes de que se
produzcan.
Algunas personas llaman a esto prevención, y es cierto. Tomamos una
serie de medidas higiénicas para prevenir enfermedades, nos lavamos los dientes
a diario para prevenir las caries, recogemos la basura del campo para prevenir
incendios, etc, etc.
La prevención en muchos aspectos de la vida es muy útil pero no en
el de la crianza.
Intentar solucionar un problema antes de que se produzca es la mejor
manera de provocar ese mismo problema, o de crear otro mayor.
Por ejemplo: destetar a tu bebé antes de incorporarte a trabajar
para prevenir que sufra con tu ausencia es crearle un doble sufrimiento:
primero el destete y luego tu marcha.
O hacer que duerma solo desde pequeño para que no se convierta en un
niño dependiente puede provocar el efecto contrario: una persona insegura y con
problemas de sueño.
O insistir con cinco años en que se termine el plato para evitar que
tenga un trastorno de la conducta alimentaria en la adolescencia es comprarle
muchas papeletas para que efectivamente tenga algún problema con la comida más
adelante.
Y así podría seguir pero creo que me entiendes ya con estos ejemplos.
Algunos de los problemas que llevan a los padres a venir a mi
consulta son precisamente de este tipo: adelantaron problemas futuros e
intentaron prevenirlos, con un resultado más o menos catastrófico.
Con toda su buena intención, crearon un problema intentando solucionar otro que no existía.
¿Cómo evitar esto?
La verdad es que llevo sentada delante del ordenador un buen rato
intentado responder a esta pregunta pero me está costando resumirla en unas pocas
líneas y además explicar una solución general. Al final, he decidido volver a
mi idea inicial y resumirlo en un solo punto.
Centrarse en el presente.
Imagina que tu niño de dos años tiene rabietas, no duerme solo y
está muy apegado a ti (creo que tampoco es muy difícil de imaginar ¿verdad? ).
Si viajamos demasiado al futuro corremos el riesgo de generar en
nuestra cabeza expectativas basadas en “las leyendas de la crianza” del tipo:
“Si me trata así ahora, con 15 años será mucho peor…por lo tanto tengo que ser duro con él ahora que puedo pararle los pies”
“Si pide tantos brazos ahora, va a tener problemas para relacionarse con otros niños…tengo que dejar de cogerle cuando me lo pida para que aprenda”
“Si no aprende a dormir solo ahora, no lo hará nunca…tengo que enseñarle desde ya”
Así que lo mejor sería volver al presente y centrarte en si tienes o
no un problema aquí y ahora. Si tu respuesta es que ahora mismo no te supone un
problema que, por ejemplo, duerma contigo por las noches, entonces NO tienes un
problema y NO deberías hacer nada para solucionarlo.
Si justificas que tienes un problema porque tienes miedo de que en
el futuro se agrave la situación, entonces tampoco tienes un problema, sólo
tienes unas expectativas equivocadas.
Si al final decides que sí que tienes un problema en el presente
porque no eres capaz de dormir con él pegado a ti y andas como una zombi
durante el día entonces sí puedes comenzar a buscar herramientas para ponerle
una solución.
Así que te propongo un ejercicio: escribe todos los problemas de
crianza que tienes ahora mismo y explica por qué son un problema para ti.
Divídelos entre los que son un asunto de expectativas erróneas y los que son un
problemas en el presente.
Descarta los de las expectativas y quédate solo con los del aquí y
ahora. ¿Has reducido mucho la lista de problemas o no?
¿Te gustaría dejar de gritar y castigar a tus hijos?
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A veces tenemos tan arraigadas en nuestra cabeza eso que llamas "leyendas de la crianza" que quizá el mayor problema sean precisamente esas leyendas.
ResponderEliminarMi principal problema es que mi hija se enrabieta y pega y tira del pelo (y me lo hace a mí) y es un problema porque me hace daño, no porque en el futuro me pueda hacer más. Creo que esa es la línea en la que va tu post y es cierto que así, los problemas se reducen mucho, jajaja
Reducir los problemas es vital, así no se hace todo tan cuesta arriba y parecen más abarcables. Un abrazo!
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