Cuando algo es tuyo quiere decir que es de tu propiedad y tu
hijo no es de tu propiedad.
Aunque uses el mismo adjetivo posesivo para hablar de tu
nueva camisa, no significan lo mismo. Cuando hablas de TU ropa, sí estas
definiendo que es tuya y, como tal, puedes hacer con ella lo que quieras:
ponértela, donarla o incluso romperla. Lo mismo puedes hacer con TUS zapatos,
con TU coche o con TU casa. Son tuyos y mientras respetes la libertad de los
demás, puedes hacer con ellos lo que quieras.
Pero con los niños no puedes hacer eso, porque no son
tuyos.
Un adjetivo posesivo se define así: Son aquellos que
establecen que un ser o una cosa pertenece a alguien o a algo. Creo que es hora
de cambiar esta definición porque confunde a algunas personas.
Un ser vivo no puede pertenecer a nadie, (sí, ese perro que
dices que es tuyo, tampoco. Como mucho, yo diría que vive contigo o que lo
cuidas).
Un ser vivo pertenece a la vida.
Tus hijos, tus hijas, tu marido o tu mujer son seres vivos
que pertenecen a la vida. Pero claro, al hablar con el tu por delante, parece
que te pertenecen y te pueden confundir. Que el lenguaje no te engañe.
Puedes pensar que puedes hacer con ellos lo que quieras:
pegar, gritar o amenazar, porque son TUS hijos pero no te pertenecen. Y me
dirás: vale, pero yo no les pego ni les grito ni les amenazo.
Me alegro que me respondas así, pero ahora te digo ¿cuántas
veces has visto amenazar a un niño en la calle o que le han pegado un cachete?
¿cuántas veces lo has ignorado porque ese niño es de sus padres y no hay que
meterse en asuntos de crianza?
Pues te diré una cosa, ese niño tampoco pertenece a sus
padres y ellos tampoco tienen derecho a hacer lo que hacen. Estamos muy
sensibilizados (al menos eso nos hacen creer) con la violencia contra las
mujeres. Nos horrorizamos cuando vemos a un hombre pegar a su mujer y nos
escandalizamos ante la frase: “La maté porque era mía”.
Pero nadie parece llevarse las manos a la cabeza con
expresiones del tipo “en mi casa mando yo” o “es mi hijo y lo educo como me da
la gana”. La posesión no debería ser una justificación para hacer “lo que te dé
la gana” con nadie.
Una mujer no es de nadie, y un niño tampoco. Todos los seres
vivos pertenecen a la vida y cuando tu hijo viene al mundo, no es tuyo, tan
sólo es un préstamo para que lo cuides e intentes que se convierta en una buena
persona.
Por eso, la próxima vez que pienses que tú educas a tu hijo
como te da la gana que para eso es tuyo, o la próxima vez que veas a alguien
tratar mal a un niño y lo ignores, piensa esto:
Una persona no pertenece a nadie, por lo tanto nadie tiene
derecho a humillar ni a maltratar a otro.
Si lo hace, está violentando a la vida, a la que en última instancia
todos pertenecemos.
El lenguaje es muy importante porque define nuestra realidad, el mundo en el que vivimos.
Ojalá nuestro idioma fuera más rico para poder diferenciar
entre parentesco y posesión pero de momento nos tenemos que conformar con ser
muy cautos y conscientes de la diferencia que hay entre MI hijo y MI coche.
¿Conoces algún idioma en el que sí se establezca esta
diferencia? ¿Cómo es su sociedad respecto a las relaciones familiares?
¿Te gustaría dejar de gritar y castigar a tus hijos?
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Muy buen post... Los seres vivos no son de nadie!!! Es una buena reflexión
ResponderEliminarMuchas gracias :)
EliminarInteresante articulo, muy cierto
ResponderEliminarMira la ropa para tus hijos que tenemos
http://www.limafashionkids.com/c/31/ropa-para-ninos
Esto de los hijos es algo complicado.
ResponderEliminarSigo pensando que vive más tranquilo quien decide no tenerlos.
Hay veces en que los hijos solo traen problemas y quebraderos de cabeza.
Los hijos son algo hermoso y delicado
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