¿Cuándo ha sido la última vez que le has dicho te quiero a tu pareja? ¿Y la última vez que tu pareja te lo ha dicho a ti?
Hace unos años conocí a una pareja, vamos a llamarlos
Antonio y Sofía, que tenían un problema: ella se quejaba de que él nunca le decía
que la quería y él se quejaba de que ella le daba demasiadas vueltas a las
cosas.
Cuando discutían, ella quería hablar y hablar sobre el
problema y él prefería, llegado un punto, dejarlo estar y reflexionar cada uno
por su lado.
Ella pensaba que la vida en pareja consiste en hablarlo todo
y él era más bien callado.
¿Te puedes creer que todavía siguen juntos?
La clave fue que ambos cambiaron un poco, se pusieron en la piel del otro y comprendieron su punto de vista. Porque para que una relación funcione hay que mirar de vez en cuando con los ojos del otro para poder vernos a nosotros mismos.
La clave fue que ambos cambiaron un poco, se pusieron en la piel del otro y comprendieron su punto de vista. Porque para que una relación funcione hay que mirar de vez en cuando con los ojos del otro para poder vernos a nosotros mismos.
A veces hay que elegir entre estar bien o tener razón.
Lo que Antonio aprendió de Sofía
Antonio comprendió que a veces puede parecer muy frío aunque
no sea así. Quiere con locura a Sofía pero la rutina le acomodaron en una
posición en la que daba por sentado que su relación iba a durar porque sí.
Aprendió que una relación es como una planta, que hay que
regar al menos de vez en cuando para que no se seque.
Aún así, le costaba eso de tener que hablar y expresar sus
sentimientos Le parecía forzado decir un “te quiero” porque no le salía de
forma natural. De hecho, un motivo de discusión era que cuando Sofía le decía
te quiero, él nunca contestaba con palabras: le daba un beso o la abrazaba pero
rara vez le decía algo.
Entendió que eso a Sofía le dolía mucho y que las palabras,
a veces, son necesarias. Por eso buscó formas alternativas de expresar lo que
sentía y comenzó a enviarle mensajes al móvil y a dejar post-its en el baño.
Lo que Sofía aprendió de Antonio
Sofía comprendió que a veces puede parecer muy pesada en una
relación. Quiere con locura a Antonio pero le da pánico pasar a un siguiente
nivel donde las cosas estén más asentadas. Si por ella fuera, estaría en una
“luna de miel” permanente y comprendió que eso puede agotar a Antonio.
Aprendió que la chispa no se pierde con el tiempo, sólo se
transforma y hay otra maneras de expresar los sentimiento además de las
palabras.
Aprendió también que no es necesario estar hablando
constantemente del estado de la relación para saber si ésta funciona o no.
Porque una relación es como una planta, que si la riegas demasiado, termina por
ahogarse.
Al principio le costó ver las señales y gestos que Antonio
le mandaba y que querían decir te quiero: le preparaba un zumo de naranja por
las mañanas, la abrazaba y le daba un beso cuando llegaba de trabajar y siempre
elegía ella la película que iban a ver por la noche.
Comprendió que se puede decir te quiero sin decirlo y que
cuanto más presionase a Antonio, peor se iba a sentir él. Pensó en todo lo que
podía hacer por él para que estuviese más feliz y lo puso en práctica: Iba a
cogerle un libro que le gustase a la biblioteca, le iba a buscar de vez en
cuando al trabajo y planificaba planes de viaje para los fines de semana.
Lo que aprendieron los dos
Aprendieron a escucharse, no sólo las palabras sino también
los gestos.
Porque en una relación es necesario hablar, pero a veces las
palabras sobran. No es necesario estar haciendo balance cada dos por tres.
De hecho, las mejores parejas que he conocido, apenas hablan
entre ellos de cómo están como pareja. Simplemente están felices el uno con el
otro.
Y ahora ¿qué ha sido la última cosa que has hecho por tu
pareja?
¿Te gustaría dejar de gritar y castigar a tus hijos?
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La vida en pareja es complicada porque es algo más que dos personas individuales que se juntan, lo que haces es formar una unión (lo que no implica ir siempre juntos). El tema es que las relaciones evolucionan y hemos de adaptarnos a esa nueva situación. Muchas gracias por el post, es muy interesante e invita a la reflexión.
ResponderEliminarGracias a ti por el comentario. Es cierto que todos evolucionamos de una manera u otra y la vida en pareja consiste en caminar más o menos en la misma dirección, aunque como dices, no tiene por qué ser juntos
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