Lo confieso, no me gusta nada el pimiento: ni el rojo, ni el verde, ni el amarillo ni los de Padrón. Algo debe haber de genético en esto porque a mi hermana le ocurre lo mismo.
No es una manía en sí: si algo lleva pimiento pero no sabe a
pimiento no me importa, me lo como y me gusta (como la salsa para la carne que
hace mi madre).
El caso es que desde que cocino siempre he hecho este plato
al que llamo “pisto sin pimiento con arroz” pero si queréis incorporárselo,
podéis hacerlo sin problemas. He de decir, que a M le encanta este plato, donde
se pueden distinguir todas las verduras por separado y puede elegir cual comer
en cada momento.
Las adaptaciones que se pueden hacer para menores de un año
son: