“No para de portarse mal”,
“nunca hace los deberes a tiempo”, “tiene que cambiar esa actitud, si no
va a ir por mal camino”, “tiene que limpiar su habitación”, “tiene que hacer la
cama”, “tiene que ayudar a poner y a quitar la mesa”, “nunca ayuda en casa, no
hace nada”, “sólo quiere jugar y nunca recoger”, “le tengo que decir las cosas
ocho veces para que me haga caso”.
¿Qué tienen todas estas frases en común, aparte de ser
quejas y deseos habituales de los padres en las consultas de psicología
infantil?
Todas, todas, piden un cambio en el otro. Los padres
esperamos muchas veces que los niños cambien sin que nosotros hagamos nada
distinto. Cambiarlo todo sin cambiar nada.
Llegados a este punto, tengo dos noticias: una buena y otra
mala.
La mala es que es muy difícil que un niño cambie si los
padres no lo hacen. Cambiar, aunque sea para mejor, cuesta, porque implica que
hay que dejar de hacer algo a lo que estamos acostumbrados para comenzar a
hacer algo totalmente diferente.
La buena es que los padres tienen la capacidad de conseguir
cambios en el niño. No están a merced de las circunstancias y pueden “coger el
toro por los cuernos” y actuar de manera diferente para conseguir resultados
diferentes.
¿Cómo se explica esto? Pues porque las familias son sistemas,
son como organismos vivos con necesidades propias y en las que cada miembro
cumple una función particular.
Cada miembro de la familia está conectado con los demás y,
si uno de ellos cambia, todo el sistema cambiará para adaptarse a la nueva situación.
Es decir: cualquier cambio en uno solo de los miembros de la familia, implicará
un cambio en el resto del sistema.
Más claro: si los padres cambian, los hijos cambiarán también.
Podéis decir que puede funcionar al revés: si los hijos
actúan de forma diferente, los padres cambiarán. Es cierto, al estar todos
interconectados, cualquier cambio en uno de los miembros de la familia,
afectará al resto.
Ahora bien, como expliqué más arriba, cambiar cuesta y hace falta un buen motivo
para dejar de hacer algo a lo que estamos acostumbrados para comenzar a actuar
de forma diferente. Ya sabéis el dicho: más vale malo conocido, que bueno por
conocer.
En lo casos de “mal comportamiento” de los hijos ¿quién
creéis que está más motivado para cambiar? ¿el padre que quiere que su hijo
recoja el cuarto o el hijo que no quiere dejar de jugar a la consola?
Por eso, cuando decimos que los padres pueden cambiar el
comportamiento de sus hijos, no decimos que los padres sean los culpables de
los problemas familiares sino que son los agentes de cambio más motivados para
llevar a cabo soluciones eficaces en la resolución de conflictos.
No hablamos de culpables sino de buscar quién puede
solucionar el problema. Normalmente conseguir que los padres cambien primero
suele ser más sencillo que conseguir el mismo cambio en los niños por dos
razones.
En primer lugar porque los padres son adultos, con los que
se puede razonar mejor y tienen una capacidad de visión a largo plazo y en
segundo lugar porque suelen ser los que están más molestos con la situación
familiar, y ya sabemos que cuando algo nos irrita, haremos cualquier cosa para
eliminar ese malestar.
En definitiva, cuando te quejes de lo mal que se porta tu
hijo o hija y de lo fácil que sería la vida si te hiciese un poco más de caso,
plantéate qué conducta tuya puedes cambiar para que a él o a ella no les quede
más remedio que comportarse de forma diferente.
El poder del cambio está en los padres, para bien y para mal.
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Me ha gustado el planteamiento. Creo que mi bichilla aún es pequeña para ciertos cambios, pero en cuanto vaya adquiriendo mayor entendimiento tu postura la veo muy razonable.
ResponderEliminarCuanto más pequeño es el niño, más importante es el comportamiento de los padres. A medida que crecen hay otras personas que influyen como amigos, profesores, etc.
EliminarA mi no me gusta decir eso de "portarse mal". ¿Qué define portarse bien o portarse mal? Pero sí me gusta el planteamiento que haces de "El poder del cambio está en los padres, para bien y para mal" porque creo que al final los hijos son con los padres como los padres son con sus hijos. Lo veo yo con respecto a los míos y espero no ser jamás como ellos.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con lo de portarse mal, a mí tampoco me gusta nada pero es una expresión que se utiliza mucho y por eso la puse. Cuando alguien me la dice, le pregunto qué significa para ellos portarse mal. Al fin y al cabo, el objetivo es entenderse para cambiar a mejor. La mayoría de las veces, el cambio que necesitan los padres es dejar de decir "se porta mal" :)
EliminarEn nuestro caso nos ocurre con mi hijo, pero tras estar en casa de sus abuelos. Su actitud es dócil, organizada y respetuosa en vacaciones, pero en cuanto empieza el colegio, como pasa dos horas cada día con ellos, pués todo cambia. Pero es difícil cambiar de actitud a los adultos ...
ResponderEliminarCuanto mayor es uno, más cuesta cambiar. Eso dicen aunque yo soy una optimista irracional que piensa que algo siempre se puede hacer..
EliminarCreo que estos post me vendrán genial en uno o dos años. Vaya por delante que no soporto esas expresiones que has mencionado en el primer párrafo. Y lo peor es que seguro que algún día no demasiado lejano me veo diciéndolas... :-S
ResponderEliminarNo te tortures si las dices, el trabajo de ser padre pasa a veces por soltar barbaridades totalmente irracionales. Si lo haces delante de la persona adecuada, que no te va a juzgar por ello, sirven de desahogo y luego te acabas riendo.
EliminarPues sí, cada día estoy más convencida de que la única forma de educar es con el ejemplo que damos. Cualquier otra cosa es prácticamente inútil.
ResponderEliminarSiempre nos quedará Dora la Exploradora XDXD
EliminarEstoy totalmente de acuerdo y así se lo he transmitido siempre a los padres.Si tú sigues haciendo lo mismo y no te sirve, algo habrá que cambiar y ese cambio empieza porque tú hagas algo diferente pero claro, como comentas, es taaaan difícil.
ResponderEliminarEl primer paso es darse cuenta de que si nosotros cambiamos, podemos cambiar la situación. Es el primero pero el que más cuesta.
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