Muchos padres temen el momento en el que se acercan las
fiestas: visitas a familias, cambio de rutinas, comidas copiosas y llenas de
azúcares, exceso de regalos, consejos no deseados y ruido, mucho ruido.
Para muchos, las fiestas suponen pasar un mal trago de
varios días. Para estos padres, aquí van una serie de sugerencias para
sobrevivir a la navidad.
Confía en tu hijo
Confía en que todo lo que haces durante el año no se va por
la borda por unos cuantos días de caos. Los niños son listos y saben que en casa
hay unas normas y en la de los abuelos hay otras.
Puede que le cueste volver a la rutina después de tanto
desmadre pero ¿a quién no? En unos días todo volverá a la normalidad.
Escápate
Si 24 horas al día de familia son muchas para ti, finge un
dolor de cabeza, o una mala noche y vete a la cama, aunque sean las cuatro de
la tarde. Una vez allí, elige si duermes, lees o juegas al Candy Crush.
También puedes poner de excusa a tu hijo y acompañarlo
mientras se duerme. Eso sí, pacta estas huidas antes con tu pareja por si
él quiere acompañarte y para que no
preocupe por tanto dolor de cabeza.
Eso sí, no te pases las tardes sola en la habitación porque
se notaría demasiado. Con una hora es más que suficiente para recargar las pilas
y volver al ruedo.
Delega
Si puedes. Una casa llena de gente hace que puedas descansar
de vigilar a tus hijos durante un rato. Es más, si tienes confianza suficiente,
sal a dar un paseo con tu pareja y deja a los niños con los abuelos.
¿Qué se hincharán a dulces en tu ausencia? Bueno, ojos que
no ven, corazón que no siente y oye, ¿hace cuanto que no das un paseo sin carro
ni niños? Para los más intrépidos: programa una cena con amigos y/o con tu
pareja. Probablemente tus hijos se duerman también a las tantas…¿y qué? También
tienen derecho a una juerga. Aprovéchate de la tribu mientras puedas.
Marca los límites
Ponte de acuerdo con tu pareja antes y pensad en dos normas
que os parezcan imprescindibles y mantenedlas pase lo que pase. Ojo, solo dos
normas implica que hay que ceder en muchas más.
A los adultos no nos gustan que nos manden ni nos digan como
hacer las cosas, por eso, si llegáis con una lista interminable de lo que se
puede o no se puede hacer con vuestro hijo, lo más probable es que os ignoren
completamente.
Dos normas en cambio, son asumibles por todos y se pueden
defender mejor que cuarenta. Por ejemplo, cuando M tenía unos 13 meses nuestras
normas era: nada de azúcar y nada de cogerlo para ayudarlo a caminar. El resto,
o ya nos encargábamos nosotros o pasábamos del tema.
Unos días no condicionan el resto del año.
Sonríe
Aunque sea fingido. Muchas veces nos quejamos de que la
familia nos pone de mal humor pero lo que ocurre es que ya vamos predispuestos
y con cara de pocos amigos.
Si éste es tu caso, te propongo que hagas el siguiente
experimento: sonríe más y observa si la gente lo nota, si actúa diferente
contigo o si por el contrario todo es lo mismo.
No somos conscientes del poder que tenemos para cambiar la
conducta de los demás y te aseguro que si cambias la cara, ellos harán lo
mismo.
Juega
Si temes las críticas por parte de tu cuñada, o los
comentarios sobre la lactancia o sobre la educación de tu hijo, juega con tu
pareja a contar las veces que alguien dice algo sobre estos temas.
La complicidad con tu pareja es importante para sobrevivir a
las fiestas. No hace falta poner a caldo a su madre ni a su hermana, pero jugar
a contar hace que cada vez que escuchéis algo parecido, sonriáis y busquéis la
mirada del otro para decirle con los ojos: “otra más”.
Hasta aquí, el post de hoy. Como siempre, os digo que son
sólo sugerencias y que cada uno debería seguir la que más se ajuste a su caso.
Son sólo maneras de ver lo bueno de lo malo, para conseguir cambiar la
perspectiva con la que vemos las situaciones familiares y que éstas se hagan
algo más agradables.
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Muy buen abordaje y muy sensato. Voy a pulir mi sonrisa :)
ResponderEliminarGracias Paula, a practicar ;)
EliminarNormalmente me suelen gustar tus entradas, pero la de hoy tiene un tono triste de verdad. Igual es que te ha tocado la familia más puñetera del mundo, pero de verdad no puedes escribir algo más positivo sobre estos días, en los que la mayoría de la gente se reúne para pasarlo bien? Usar al niño como excusa para esconderse de tus propios familiares? Fingir y mentir para que no te den la murga? En todo el texto se destila un sentimiento de arrogancia, de ser mejor que ellos. Si tanto te disgustan, quedáos en casa los tres y santas pascuas.
ResponderEliminarProbablemente no querías transmitir tanto mal rollo, por eso comento, para decirte que quizá podrías equilibrar tus palabras para lanzar un mensaje más compasivo hacia las familias.
Mi familia es estupenda y me lo paso bien en las fiestas pero si es verdad que a veces echo de menos mi casa, mi espacio.
EliminarComo dices, no pretendía transmitir mal rollo, al contrario. Escribí este post precisamente pensando en aquellos padres que sí lo pasan mal en las fiestas y que no se pueden quedar en casa porque o su pareja no quiere o porque en el fondo se sienten obligados a ir. Es un sentimiento que no juzgo y me parece legítimo, por eso escribí el post, para ayudarles a llevarlo un poco mejor.
No es un post en contra de las familias, ellas siempre actúan con la mejor intención pero a veces, la convivencia es complicada.
A mí el post me ha gustado. He llegado con mi sonrisa (soy por lo general una persona optimista y positiva) a esta casa llena de caras largas. He llegado con mi positivimos (e ingenuidad) de siempre, pensando que después de no vernos durante diez meses (nos hemos mudado al extranjero) a lo mejor la visita iba a ser mejor. He aguantado una semana y media (mi marido menos, y es su familia...) A mí me han parecido buenos consejos y sensatos.
EliminarTambién decir que a veces quieres volver a casa de familias donde no te sientes bien porque tienes la esperanza de que algo haya cambiado con el tiempo... Es triste ver que no. Pero la esperanza es lo último que se pierde.
Gracias Paula, me alegro que te haya servido el post, y siento que no hayas pasado unas vacaciones ideales
EliminarJaja! Lo de la siesta me ha enganchado. Me ha gustado mucho el post. Mi pareja y yo aprovecharemos para descansar e incluso salir a cenar! Yuju! Muy buen tono, felicidades!
ResponderEliminarGracias, hay que aprovecharse de la tribu ;)
EliminarYo lo tengo claro: escaqueo para ir al cine a ser posible dos veces, que ya hemos fichado dos pelis. Soy asidua a lo de las siestas o a leves indisposiciones transitorias jajaja. Por suerte, en mi casa, todos tenemos momentos de cada uno a su aire y eso ayuda mucho.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho esta entrada.
Un beso
Claro, todo el mundo necesita su espacio. Lo que hacéis es muy sano. Muchas gracias por el comentario, me alegro que te haya gustado la entrada
EliminarAquí somos de hacer lo de la siesta siempre que podemos. También nos agobia tantos días en una casa q no es la nuestra. Como dices las rutinas desaparecen, pero vuelven, menos mal! Buscaré que dos normas mantener a ver si solo 2 son suficientes!! Besos!
ResponderEliminar(yo no veo tristeza en este post, veo humor, y veo realidades, por mucho que quieras a tu gente necesitamos nuestro propio espacio!)
Lo de la siesta parece que es lo más socorrido por todos, jeje. Lo de las rutinas es algo que nos asusta a todos pero al final todo vuelve ¿o acaso a nosotros no nos cuesta un poco también? pero al final todo se recoloca
EliminarEste post...no tiene desperdicio...
ResponderEliminarTremendas las "sugerencias. .
Como eres psicóloga...deberías de "trabajarte ".la inteligencia emocional . (Se nota que te hace falta..)especialmente la empatía..
Te lo digo sin acritud..un saludo
Me gustaría que me explicaras un poco más eso que dices porque no lo entiendo. De verdad, estoy abierta a las críticas siempre y cuando sean para mejorar, o para darme la oportunidad de explicarme. Así, no puedo saber qué es lo que te ha ofendido tanto para que digas que no tengo empatía.
EliminarEn cualquier caso, gracias por comentar
Crisitina, enhorabuena, ya eres una blogger consagrada a la que le salen trolls!! Tú ni caso. Un besazo
ResponderEliminarjejeje, todo tiene su lado bueno ;) Besos!
EliminarEncima un troll que no sabe ni escribir (defecto profesional mío): puntos suspensivos que son solo dos, y que tienen un espacio, comillas que se abren pero no se cierran... En fin, que se puede no saber escribir y aun así escribir cosas con sentido, pero no ha sido el caso...
EliminarUff, 100% identificada con el primer párrafo. Una pena que aun leo ahora esta entrada, jeje. Pasado mañana volvemos a la normalidad, ¡a ver qué tal! Lo de delegar... pensaba que sería capaz de hacerlo... pero al final no me dieron confianza, desgraciadamente. Intento elegir las batallas, como decías en otra entrada, y ser comprensiva con la suegra, como decías en otra... Pero la verdad es que hay cosas que me hacen hervir la sangre y me quitan mucha confianza... y no se trata solo de los dulces... (que también, jeje). Madre mía, dos normas... no sé si serían suficientes! Aunque la verdad es que hay una norma que serviría para cubrir un montón: que respeten nuestra forma de educar/criar/alimentar a nuestro hijo (tan simple y tan difícil de cumplir, por lo visto...)
ResponderEliminarEs una buena norma la que propones, lo malo es que a veces cuando el que está enfrente tiene una forma muy distinta de ver la crianza, pues cuesta llegar a un acuerdo. En cualquier caso, pensar que son sólo unos días ayuda mucho: el niño no se va a estropear y, al fin y al cabo, son su familia también
Eliminar(Fueron tres semanas... Aguanté sonriente, optimista y de buen humor casi dos... Creo que el problema fue el hecho de que estuviéramos tanto tiempo... Uno puede aguantar unos días, pero más de "unos días" ya puede ser complicado incluso para la persona más optimista del mundo...)
EliminarSí, claro tres semanas es mucho tiempo. En ese caso, habría que tomar otras medidas para sobrevivir porque ya no son sólo las fiestas, es más tiempo.
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