“- ¿Y si le llevo agua de mar?
No, eso ya lo tiene,
porque el mar está en sus ojos”
Últimamente procuramos cortarnos un poco con la compra de
libros así que para calmar a M de sus ansias lectoras, solemos ir a la
biblioteca como mínimo una vez al mes.
La última adquisición
que tuvimos que devolver ayer fue Con las manos vacías
de Ana Tortosa
con ilustraciones de Cecilia Varela.
Puedo decir con sinceridad que la primera impresión no me
gustó demasiado (el cuello demasiado grueso de la protagonista me perturbaba)
pero una vez más tuve que reconocer que estaba equivocada y que el libro que
había escogido J. era una maravilla.
La historia tiene como protagonista a Jana, que mientras se
dirige a casa de su amigo Mario, va pensando en qué puede regalarle a él por su
cumpleaños.
Con una estructura repetitiva que a los niños les encanta y
unas ilustraciones también con elementos comunes en todas ellas hacen que este
libro se convirtiera en un imprescindible en casa para antes de dormir.
Es un libro para todas las edades.
A M le encanta porque puede buscar al gato, al paraguas y al
pulpo en casi todas las páginas y también pueden contar el número de peces que
hay. También tiene un montón de vocabulario que M ya conoce y le gusta repetir:
ojos, piel, pelo, etc.
A los adultos lo que más nos puede sorprender es averiguar
quién es Mario, las metáforas que utiliza la escritora son preciosas y no
siempre sencillas de entender y las ilustraciones están llenas de movimiento.
En definitiva, es un libro 100% recomendable para niños de 0
a 99 años.
Antes de terminar la reseña, querría hacer una pequeña
reflexión sobre las bibliotecas ¿por qué restringen su horario en verano? ¿No
se supone que leer es divertido?
No entiendo por qué razón los gimnasios municipales tienen
un horario amplísimos mientras que el de las bibliotecas es cada vez más
reducido.
Si queremos que los niños (y los adultos) lean, hay que
ponérselo fácil, y vincular la lectura a momentos de ocio (fines de semana).
Porque las bibliotecas no sólo sirven para estudiar.
Leer también es divertido y también puede hacerse en verano.
Que suerte que a M le guste leer. Yo le leía a Antek desde que era un bebe y no se enteraba de nada (lo tumbaba/sentaba en mi regazo y le leía), pero fue llegar la etapa movimiento (gateo y andar) y ya no hay manera... Hay días que si, se sienta conmigo, pero lo único que quiere hacer es pasar las paginas súper rápido y al llegar al final decir "aca", que significa "acabouse". Yo le digo que no se acabaría si no pasara las paginas tan rápido, jajaja, pero nada... Sigue en sus trece...
ResponderEliminarAl principio no leía, quería coger él el libro,se lo llevaba a la boca, pasaba todas las páginas de golpe...es una exploración de un objeto que le llamaba mucho la atención. Con el tiempo ya los "lee" él solo de vez en cuando.
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