Lunes y miércoles de 9:30 a 15
Martes, jueves y viernes de 9:30 a 15 y de 16 a 20
En total, 40 horas semanales de las cuales trabajo efectivo haría unas 20. Trabajaba de psicóloga clínica en un centro de Salud Mental privado (lo que se conoce tradicionalmente como psiquiátrico).
Las tardes eran el colmo del absurdo, me las pasaba en la sala con los enfermeros poniendo a parir a los jefes. ¿no sería mejor poderme ir a casa contenta y volver con energías renovadas al día siguiente? Pues no, porque eso daría "mala imagen". En fin, viva la flexibilidad laboral.
Antes de que penséis que soy una vaga redomada, tengo que decir que la razón por la cual no trabajaba por las tardes era porque no había trabajo: los pacientes estaban fuera, o en otras actividades y el papeleo lo había terminado a lo largo de la mañana.
Intentaba llenarme las tardes viendo familias, pero eso no podía ser todos los días. Los pacientes, mejor de mañana, que están más despiertos. Nunca me negué a ver a un paciente que me lo pidiese y los veía a todos con regularidad (algunos a diario, a otros semanalmente, etc. en función de cada uno). Creo que por su parte no había queja de la atención recibida. Entonces ¿por qué no me podía ir? Nunca lo entenderé.
La gota que colmó el vaso fue la idea genial del jefe de que los psicólogos viniéramos también los sábados. ¡LOS SÁBADOS!, cuando hay todavía menos pacientes que durante la semana.
- Sí, mujer, así aparentamos que hay atención psicológica seis días a la semana.
- Pues contratais a una actriz que se pasee con un cartel de psicóloga.
Y me planté, me negué a seguir regalando mi tiempo a quien no se lo merecía.
Total, en plena crisis y al paro. M. no estaba en proyecto siquiera así que hasta nos planteamos la emigración pero J. y yo nos dimos de plazo unos meses a ver qué pasaba. Y pasó que al cabo de dos meses, el mismo día, los dos encontramos trabajo. Él como asalariado y yo como autónoma dando clases en una academia.
Desde entonces he llegado a trabajar los sábados, los domingos y demás fiestas de guardar. Y tan contenta porque iba a trabajar que no al trabajo. Ahora ya no doy clases, tengo una consulta privada con una compañera y tengo otras cosas más que me dan de comer.
Ya no tengo jefes, tengo clientes.
Aunque haya días que trabaje muchas horas, aunque cobre menos, aunque tenga que pagar miles de impuestos, soy dueña de mi tiempo y eso no lo cambio por nada.
Bueno, miento, soy casi la dueña de mi tiempo porque todavía, durante 4 horas a la semana, soy asalariada en una empresa. Hoy en 4 horas en visto un paciente ¿de verdad no les compensa pagarme por paciente visto en vez de por las horas que mi culo esté en la silla del despacho? Mi no entender.